La creación de las primeras áreas naturales protegidas y las leyes bajo las cuales se sustenta esta protección, se dieron en un principio, por la belleza escénica de las mismas y no tanto por los servicios ambientales, que un tiempo después se descubrió, realizaban los protagonistas principales de ellas. Ahora sabemos que el medio ambiente y sus componentes principales como el agua, la flora y fauna, el aire y la misma tierra, juegan papeles preponderantes para la vida del planeta en que vivimos.

Es de todos conocido, que los árboles, actores importantes dentro del medio ambiente, tienen funciones específicas que efectúan, cumpliendo así con biociclos naturales necesarios para tener un ecosistema saludable.

Un árbol reduce el flujo de las aguas de las tormentas interceptándolas con sus hojas, ramas y troncos, regula la velocidad y temperatura del agua evitando daño a las especies acuáticas y la erosión de las riberas de los ríos, además un árbol filtra las impurezas que adquiere el agua a su paso por ciudades y campos agrícolas, purificándola, se puede decir, para luego recargar los mantos acuíferos. En el área metropolitana de Washington DC, la cubierta arbórea que existe, reduce la necesidad de estructuras de retención del agua, en 316 millones de metros cúbicos con un ahorro 4.7 billones de dólares.

Los árboles también influyen en la calidad del aire que respiramos, ya que además de bajar las partículas sólidas suspendidas en él, (polvo), elimina gran cantidad de contaminantes como dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de sulfuro (SO2), ozono (03) y monóxido de carbono (CO), causantes del calentamiento global.

En sólo 4 ciudades de los Estados Unidos de América como Washington, Atlanta, Portland y Denver se estima que el valor de su trabajo purificador es de 57 millones de dólares.

Ahora, no cabe duda que por un lado, los árboles son el ingrediente que más belleza le da a un paisaje y que por el otro, el turismo es la actividad más importante a futuro, con un movimiento proyectado de personas de más de un billón para el 2020, y que los turistas van a lugares excepcionalmente bellos impulsando el desarrollo de los pueblos con el dinero fresco que inyectan a las comunidades que visitan.

De tal forma que los gobiernos federales, estatales y municipales de muchos países, incluyendo el nuestro, están desesperadamente protegiendo sus atractivos tanto naturales como culturales, para estar dentro de esta fórmula de éxito totalmente probada. Es por lo que nos preguntamos, ¿cómo es posible que con una ceguera generacional, desinformación criminal e ignorancia rayando en la idiotez, aquí en Durango estemos por parte de las delegaciones federales de SEMARNAT y CONAGUA talando a mataraza los árboles de cientos de años de los cauces de nuestros ríos, por una falta de conocimiento total de procedimientos para control de inundaciones, en práctica en todo el mundo, arruinando de antemano el futuro precario que nuestra entidad pueda tener dentro del rubro turístico?.

En estos tiempos difíciles, en donde se busca cuidadosamente planear alrededor de la conservación del medio ambiente, donde se trata de proteger el futuro de las generaciones por venir, algunas de hecho ya aquí, este lamentable hecho criminal en contra de la naturaleza tiene un significado especial en cuanto a la falta del sentido común básico.

No podemos por ningún momento permitir que las mismas autoridades que se suponen velan por los recursos naturales de nuestro país, atenten contra ellos, cancelando de antemano, una posible oportunidad de bienestar en el futuro de nuestros hijos.

Platícalo dentro de tu círculo social y de trabajo, contacta a tus representantes políticos, no podemos quedarnos de brazos cruzados, toma una acción.