La expectativa  entre los más de 100 mil espectadores alineados a todo lo largo de la avenida 20 de Noviembre era inmensa, cuando con intención el comité organizador apagó el alumbrado público, la gente ya no se aguantaba, a lo lejos se oían los estruendos de los cuetes que anunciaban el desfile y a cualquier cosa se le abucheaba o vitoreaba.

La espera valió la pena y finalmente los flamantes carros alegóricos iluminados de una infinidad de luces empezaron a pasar.
 Conforme iban pasando los diferentes temas (todos con luces: unos con más, unos menos), lo que más impresionaba, era la multitud de durangueños quienes apretujados entre sí, disfrutaban de la fiesta como verdaderos niños emocionados viendo el contingente pasar.

Después ya en la plaza de armas con la presencia de nuestras máximas autoridades encabezadas por el Gobernador del Estado Contador Ismael Hernández Deras se le cantaron las mañanitas a la ciudad celebrando sus 443 años, así como un emotivo corrido de Durango que se oyó a través de cadena en Internet hasta con nuestros hermanos paisanos, en ciudades como Chicago, Los Ángeles y otras de los Estados Unidos de Norte América.