Según cuenta la historia, en algún momento del siglo XVIII se inició la construcción del Templo de Santa Ana como ermita. En ese tiempo estaba en las orillas de la ciudad y muy cerca al cementerio para los potentados de la Villa del Guadiana.El templo que sigue un diseño básico de iglesias para monjas denominado de cajón, fue terminado a principios del sigo XIX y aún cuando es bastante austero, se identifica por estar construído con dos portones laterales muy singulares y un coro superior protegido con rejas para conservar el recogimiento de las monjas.Unos motivos de peces en su clave central es otra de sus particularidades y además está decorado, entre otros, por unos hermosísimos vitrales y un cuadro de la Virgen, pintado en 1899 por el artista durangueño Juan Francisco Flores.
Directamente enfrente, está una plaza muy agradable dedicada a Don Miguel Hidalgo, en contra esquina de Juárez y Gabino Barreda está el Museo de Culturas Populares donde puedes comprar arte autóctono a muy buen precio y por ahí también se encuentra la disco bar Las Palomas, centro de reunión muy popular en Durango. Les recomendamos el paseo.
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