En los alrededores de la ciudad capital Durango hay varios poblados muy interesantes a los que inclusive no se les ha dado suficiente atención en su verdadero mérito y por ende promoción como son Nombre de Dios, Avino, Navacoyán, Ferrería sitio arqueológico y Hacienda, Mezquital, el Salto rumbo a Mazatlán y en la parte norte del Estado tenemos a Canatlán, Flores Magón sus calderas e increíbles formaciones rocosas, San Juan del Río y Rodeo (se sale un poco), vamos a decir que esta es una circunferencia de menos de 150 km a la redonda donde se concentra mucha de la historia del estado y fácilmente pudiera en un caso ser considerada turística y con algo de desarrollo en el futuro por ese lado, pero en esta ocasión solo vamos a platicar sobre el poblado de San Juan del Río y sus bellezas naturales.

Son varios los momentos en el pasado donde por primera vez pasaron los "Conquistadores" europeos en su mayoría españoles, por esta región del ahora estado de Durango. La primerita ocasión que pudo haber transitado algún occidental por aquí (San Juan del Río) fue muy probablemente Nuño Beltrán de Guzmán, un verdadero ogro alienígena por las atrocidades que cometía contra la población indígena, tiempo después por órdenes de este mismo viene Ginés Vázquez de Mercado en 1552 a buscar un cerro de plata que resultó de hierro y que ahora llamamos del "Mercado" y cabe la posibilidad que hayan avanzado por estos llanos.

Luego según platican Mecham y Saravia en 1554, Francisco de Ibarra en su primer expedición al área, sale de Zacatecas continuando por Fresnillo, Saín Alto donde habían herido mortalmente unos indígenas a De Mercado años atrás, San Martín el mineral, Avino y el Valle de San Juan del Río lo más interesante para nosotros, de ahí continuaron a Guatimapé y el de Guadiana regresando nuevamente a Zacatecas por provisiones.

En junio de 1562 arribaron al valle de San Juan del Río la gente de Ibarra, entre ellos Martín Gamón, (sierrita de Gamón) y doce de confianza, acompañados de cuatro franciscanos (Fray Pablo Acevedo, el hermano Juan Herrera y otros dos que no sabemos sus nombres), donde hicieron campamento base por decir algo por un largo tiempo.

Según cuenta la Historia de los Estados del Norte de México de Bancroft, fue en lo que es ahora San Juan donde la gente se amotinó y en especial Gamón que por insubordinación e insolencia fue sentenciado a Muerte.

En marzo del 1563 finalmente salen las fuerzas de Ibarra de San Juan del Río dejando su campamento fortificado en busca de Copala, la Ciudad de oro. En 1592 se traslada el convento franciscano de Peñón Blanco a San Juan del Río y es considerada como la fecha de su fundación. Increíblemente 33 años después en 1596 Juan de Oñate en su camino hacia Nuevo México (ahora) también decide poner campamento en el Valle de San Juan del Río y podemos decir en parte que la conquista de esta región se origina en este valle.

Son las mismas razones por las que Francisco de Ibarra, Oñate y posiblemente otros escogen a San Juan del Río como campamento base hace más de 400 años, por las que hoy en día continúa floreciendo el desarrollo de esta región del estado como productor de buenas cosechas gracias a su fuerte tierra y abundante agua, pero aun tenemos más.

La visita a la cabecera municipal es sin lugar a dudas muy interesante con varios templos que visitar y un clima muy agradable, además de que es aquí donde nace Francisco Villa y tenemos un museo en la Coyotada con más que nada imagen gráfica de la vida del Centauro y sus logros en la revolución de 1910.

Sin embargo, en el kilómetro 129 de la Carretera Federal No. 45 conduciendo hacia Parral siempre y cuando nos acompañe un guía de la región o una operadora turística de aventura, inicia una aventura muy agradable de convivencia con la naturaleza.

En el punto antes mencionado empieza uno una caminata por el lecho del río de unas dos horas para llegar a el paraje llamado "La Catedral" que además de ser una belleza natural, es un enigma, cómo pudo el río en un principio haber cortado la piedra bruta para dejar este cañón donde el cause del río se reduce de 30 mts. o más a sólo unos cuantos.

Por este cañoncito continúa uno la caminata entre el agua y sus paredes de roca de más de 50 mts. hasta donde están unos manantiales de agua termal a muy buena temperatura para tomar un chapuzón y seguir para salir finalmente en el vallecito de López Rayón.

Ya en este lado, continúa su curso el río entre unos sabinos antiquísimos que seguramente vieron pasar a los conquistadores y que aun ahora están atentos al pasar de los siglos.

Siguiendo uno el trek se pasa por unas huertas de árboles frutales y sembradíos de avena, maíz y otros, pues el clima y la tierra son óptimos para trabajar, hasta llegar al poblado donde te dan la bienvenida sus hospitalarios habitantes y donde un vehículo de apoyo puede ya pasar por el grupo para regresar a Durango.

San Juan del Río turísticamente hablando todavía duerme el sueño de los justos, pero uno de estos días cuando se le valore y aquilate a su cuantía real va a despertar al desarrollo y bienestar que solo el turismo puede impulsar. Por ahí nos vemos.