Este templo situado al final en su lado poniente, de la calle de Aquiles Serdán, aun cuando no es muy antiguo, es uno de los más hermosos y sobrios de la colección de iglesias que tenemos en la ciudad. Su construcción se inició con una buena donación del Sr. Jerónimo Hernández, estando a cargo El maestro José Caballero en 1809, sin embargo no fue sino 88 años después, en 1897 cuando finalmente se termina.

Por encargo de la entonces esposa del Gobernador del Estado Don Juan Manuel Flores, la Señora Doña Angelita Flores de Flores, se ordena la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles en Bilbao España y la dona al templo. Ya después fue el propio Benigno Montoya Muñoz quien le labra un impresionante altar mayor de filigrana de cantera al estilo Gótico, por cierto es una de las muy pocas obras y único altar firmado por el maestro.

En las paredes laterales de su nave principal, se tiene una impresionante y antiquísima colección de pinturas del vía crucis y en el coro está un órgano de viento hecho en la Fábrica Guadalupana de órganos en Guadalajara, Jalisco propiedad de Francisco Godinez, un organista destacado de alrededor de los 1890, fácilmente se le pueden ver sus flautas desde abajo y aun cuando no hemos escuchado su música, con la excelente acústica que tiene el templo, nos podemos imaginar lo bonito que habría de sonar.

Como dato curioso tenemos la imagen en cantera de la Virgen Guía y Estrella del Navegante donada por un marino anónimo durangueño, que pagando algún favor, vino expresamente para ello a Durango, todavía la podemos ver arriba al centro de la fachada principal, con el ancla a un lado y la estrella del norte o polaris que guía a los marineros en su frente .

Le recomendamos ir a visitarlo cuando menos para persignarse, por ahí nos vemos.